viernes, 19 de junio de 2009

...y otro libro se me cae de las manos...

Hace una semana, a pesar de mi reticencia, por fin vi la primer película de la saga de moda entre los jóvenes: Crepúsculo. Estaba bastante cansado y lo bueno de la experiencia fue la excelente compañía. Agradezco que me entregaran esta historia en dos horas, por que a pesar de la recomendación de mis alumnos y de otros compañeros bloggeros, después de ciento cincuenta páginas de la novela decidí que no invertiría (¿perdería?) más tiempo en leerla; el texto no me estaba entreteniendo –esa es la finalidad de la mayoría de los bestsellers–, más bien cabeceaba cada dos minutos.

Sé ahora, pese al somnífero, cuál es el secreto del éxito de la saga de Stephanie Meyer, sobre todo entre las adolescentes: Edward Cullen. ¿Cómo no resistirse a los encantos de un joven guapo, fuerte, poderoso, galante e inmortal si representa el sueño de muchas?. Recuerdo la expresión de mis alumnas cuando me vieron con el libro en las manos:¡¡¡Aaaay!!! ¡¡¡Qué maravilla!!! ¡¡¡Es hermoso y guapo!!! (...¿yo?...) ¡¡¡Si existiera Edward!!! (... ah... ya decía yo...) ¡¡¡Aaaaaaaah!!! (brincos y movimiento de las manos de las niñas).

Qué fortuna que una de mis páginas preferidas para comprar ropa me regala buenas carcajadas:






1 comentario:

xiziri dijo...

chu, chu ,chu chu y mas chu.....
lo cual quiero expresar "¿cuál es su problema con personajes tan galantes pra las chicas? si bien es verdad que no existen dejenos el consuelo de la literatura ."

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