Consejos para escritores

En el último número del suplemento Babelia (previo a este post) Enrique Vila-Matas da consejos para aquellos que desean enfrentar la hoja en blanco y convertirse en escritores. Su principal recomendación es leer como avorazados; parafraseando, comenta que quien le rehuye a Dickens o a Proust (huye de la tradición) está perdido para estos mesteres, se le acabará la "gas" muy rápido.

Con nostalgia pienso que desde febrero no leo como lo hacía antes. Me voy convirtiendo en hombre gris y no quiero.

Mujer que sabe latín...

Si mujer que sabe latín, ni se casa ni tiene buen fin...¿Mujer que sabe griego, se casa con un mujeriego?

Tóm tóm tómbola...

Si la vida es una tómbola, ¿quién demonios se lleva la ganancia de los boletos?

Deambular por el Centro, primeros pasos

No sé cómo empezó, de lo que estoy seguro es de que desde hace un tiempo el Centro Histórico de la Ciudad de México es mi lugar preferido para pasear por las tardes. Recuerdo que antes en tiempos de la preparatoria decía que me gustaba mucho ir al centro de Coyoacán a tomar café; ahora la sóla idea de ir al lugar de los coyotes me causa una aversión particular: la idea de tomarme un helado en el kiosko y que un mendigo me diga méndigo por no darle 5 pesos (no menos) hace que mi nieve de limón me sepa a tierra (aunque debo aceptar que hay un par de cantinas de por ahí que disfruto mucho, pero esa es otra historia...)
Pese a lo que digan sus detractores -que si es muy fresa, que si es muy naco, que si qué hueva o que si cuanta gente- el Centro Histórico es un lugar donde podemos pasar un día maravilloso. Pocos y callados lectores, el Centro Histórico es uno y muchos, y en él, hay para todos.
Mis recorridos por lo general comienzan frente al Palacio de Bellas Artes, punto de encuentro con los amig@s y amores con los que he compartido mi vida. Recorrer las exposiciones del recinto es una costumbre, aunque a veces el hambre me invita a ir a comer primero y regresar al palacio después.
¿Lugares favoritos? Ya les contaré en otra ocasión, pero entre ellos se encuentran varias cantinas :P; desde hace rato quiero irme de juerga con mi banda a varias de éstas.
Tengo mis mañas y rutinas, pero cada una es diferente y, sobre todo, quiero conocer muchos nuevos lugares aquí. Muchos buenos recuerdos los he tenido en esta zona, sobre todo de personas muy especiales en mi vida. ¿A ustedes les gusta el Centro? ¿O lo odiaban porque sus abuelos los obligaban a ir a comprar cosas a ciertas calles? ¿Qué les agrada, qué les molesta? ¿Cómo han sido sus borracheras?
Por cierto, mi "oficina" está en la calle de Bolívar, y aunque mucha gente reniega de ella porque dice que es muy fresa, la comida y la bebida ahí nunca me hartan (¿alguien sabe a qué lugar me podré referir?)
Vayan a la exposición de René Magritte en Bellas Artes, quienes piensen que Dalí y Buñuel son el non plus ultra del surrealismo, muérdanse la lengua después de recorrer esta muestra.
Coman, beban, jueguen en el Centro Histórico, yo compartiré con ustedes mis experiencias.

J.O. Borja dixit