"¿Qué es ser mexicano?" Preguntan académicos orgánicos de traje y corbata con más de dos dedos de frente y seis cifras en sus cheques.
Yo les respondo: Importa un carajo.
Vívanlo.
Asesinatos, desaparecidos, corrupción.
La tierra que habito,
castillo de nuestros hijos,
abrazo de los amantes,
apesta a muerte.
Podrán perfumar su origen
con aromas finos y pensamientos vanos.
Da igual.
La putrefacción, aún ignorada, habrá de alcanzarlos.